Por Alex Mariscal
Mientras que el público entra a la sala, el escenario del Teatro Ateneo de Ciudad del Saber se ilumina de azul turquesa y de humo. En el fondo izquierdo, en esa área donde la luz se hace más fría, se puede apreciar la silueta de un cuerpo humano tendido de espaldas al piso. De vez en cuando mueve un brazo o hace una contracción de su abdomen. Además, sobre esa infinita y fría quietud, se escucha una frase musical minimalista y electrónica; compuesta por Franco Vito, consta de escasas notas musicales, que se repiten una y otra vez. El resultado sensorial de esa fusión visual y sonora es la de una atmósfera brumosa, profunda e infinita. ¿Acaso, las profundas aguas que rodean la isla Lampedusa en el Mar Mediterráneo?
Tal como dice el programa, Samia, la pieza del italiano Adriano Bolognino, se inspira en la «historia real de Samia Yusuf Omar, la joven atleta somalí que murió en las aguas de Lampedusa mientras intentaba llegar a Europa para clasificarse para los Juegos Olímpicos». Es pieza ganó la convocatoria de coproducción «Rüm for dans» y debutó en octubre de 2023 en colaboración con Orsolina28, IIC Colonia, Staatstheater Darmstadt/Hessisches Staatsballett y Körper.
Luego, se da un apagón que silencia al público. A la vez, esto indica que la escena que antecedió fue solo el prólogo. Entra, entonces, una bailarina que camina en espiral hacia el centro del escenario. La iluminación vertical va alternando instrumentos para ir puntualizando un círculo de luz sobre el recorrido de la fémina. El ritmo de luz y movimiento es enfatizado con una nota de piano martillada tres veces en diferentes intensidades. (Esta frase musical es un bucle de tres sonidos que resultan ser la misma nota, pero parecieran diferentes por la forma y fuerza con que se ejecutan). En escena, la ejecutante corre, corre, hace una pausa, retoma un respiro, corre, lucha, entrena, se protege, se asusta, se agazapa, corre. Luego se unen a ella otras cinco bailarinas que en conjunto siguen desarrollando variantes y réplicas de la idea coreográfica planteada por la primera bailarina.
La idea de esta pieza de Adriano Bolognino es ejecutada por Rosaria Di Maro, Noemi Caricchia, Serena Pomer, Roberta Fanzini, Ines Giorgiutti y Laura Miotti. Las seis bailarinas, aunque provienen de técnicas diversas, ejecutan secuencias enérgicas y extenuantes con alta precisión; despliegan unos cuerpos muy bien alineados y con una excelente sincronización de las secuencias coreográficas.
El contenido nos propone un viaje angustiante, referenciando la difícil y extensa travesía de Samia y, al mismo tiempo, nos habla de los cientos de personas que se disponen a atravesar desiertos, selvas inhóspitas o peligrosos mares para lograr la libertad. Que no todos logran.
Esta obra presentada por Prisma-Festival Internacional de Danza Contemporánea de Panamá el día 16 de octubre en su fondo habla también de la resiliencia, elemento fundamental de la sobrevivencia del ser humano.
Fotos de Eduard Serra
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